ETAPA 8ª: SALAMANCA - CALZADA DE BEJAR

73 km

 casi 7 horas sobre la bici

 

Desnivel subida acumulado: 776 m 

Máxima pendiente: 14 %
Desnivel bajada acumulado: 784 m   

Mínima pendiente: - 11 % 
Altura máxima: 1159 m.
Altura mínima: 769 m.

 

   SALAMANCA - ARROYO DE LA PARRA - MORILLE - CALZADILLA DE MENDIGOS - LA FUENSANTA - FUETERROBLE DE SALVATIERRA - VALVERDE DE VALDEACASA - CALZADA DE BEJAR

 

Viernes 9 de octubre

 

   Nos levantan a las siete de la mañana, con un canto gregoriano por parte del hospitalero francés. Las primeras risas por nuestra parte. Al momento le sigue el hospitalero alemán con una armónica y ya no podemos controlarnos y salen las primeras carcajadas de la habitación. Julián se levanta y  les pone la melodía de Druidas de Ensemble y empieza la juerga, pues aparecen por el pasillo los hospitaleros y se ponen a bailar con Julián.

 

 

   Nos vestimos, hacemos el petate y desayunamos todos juntos. Aportamos al desayuno las pastas que nos dieron Miguel Y Ana en Zamora. Pues, se nos olvidó comprar nada para el desayuno la tarde anterior. Nos despedimos de los hospitaleros con unos bailes e intercambiamos emails para mandarles la canción de Ensemble que les gustó mucho.

 

   A las 9 de la mañana ya estamos en ruta. No salimos mal de Salamanca, pero con una niebla muy peligrosa. Decidimos seguir por la nacional, hasta el próximo acceso al camino. La niebla no levanta y tenemos que tomar muchas precauciones. Las piernas parece que se han recuperado bien.

      A media mañana hacemos una parada,  chocolate y unas barritas.

 

 

   Decidimos salirnos del camino y hacer un alto en Guijuelo para comer y darnos un homenaje. Llegamos sobre las 13:30 y tras comprar paleta ibérica, pan y unas cervezas, tomamos posesión ilegal de una terraza en un parque y comemos al solecito.

 

 

   La gente nos mira, la comida nos sabe a gloria. Seguimos el camino.

 

 

   Ya nos quedan apenas 22 Km.  Nos desviamos a Valdelacasa  y tras un descenso por un tramo muy bonito, llegamos a Calzada de Bejar sobre las 15:30. Seis horas y media desde Salamanca y 70 Km.

 

   ¡Como no ¡. El Albergue esta a la otra punta del pueblo. Pero como es muy pequeño, llegamos enseguida. Albergue de Alba y Soraya, nombre dado por las hijas de los dueños Máxi y Manuela.

 

  

    Vaya guasa que nos traíamos Julián y  yo, con los nombres de Alba y Soraya y del aspecto que tendrían según nos acercábamos a Calzada. Juego que nos hacía más ameno el camino.

 

 

   Nos recibe Máxi, a la puerta del Albergue, es esta ocasión privado. Le abonamos los ocho euros por alojarnos. Compramos una botella de agua, sellamos las credenciales y nos damos una reconfortante ducha. Hago la última colada. Nos tumbamos un ratito. Yo me quedo dormido y eso de las 17:30 me despierta Julián para darnos una vuelta por el pueblo. Nos despide Manuela informándonos de las visitas a realizar en su pueblo.

 

 

   Bajamos a ver la Ermita, damos un corto paseo por el pueblo. Corto porque apenas son cuatro casas. Para haceros una idea, es más pequeño que Hontanares. Pero con un encanto especial. Ya veréis las fotos. Tomamos un café en el único bar del pueblo y decidimos visitar el fortín romano a las afueras, fuerte subida por vereda, tras atravesar unas alambradas llegamos a las ruinas del fortín romano.  

 

   Desde aquí iniciamos las gestiones para pernoctar al día siguiente. Pues tenía previsto dormir en el Albergue Juvenil de Navarredonda de Gredos, pero me informan que esta completo. Por mediación de Manuel, mi primo. Conseguimos, no sin esfuerzo, una habitación en JJ de Hoyos de Espino. Tras respirar tranquilos y ver el ocaso desde las ruinas romanas, bajamos a Calzada.

 

   Llegamos al Albergue y damos cuenta de una cervecita y un poco de chorizo y salchichón que nos ofrece Máxi, hasta la hora de la cena.

   Sobre las 20:30, nos sentamos todos los peregrinos s la mesa, le abonamos 10,5 euros en concepto de cena y desayuno del día siguiente. El menú consiste en un plato de sopa de verduras (exquisita, productos todos de su huerta), media tortilla de patata (Julián decía que le recordaba a las que le hace su madre), con patatas ecológicas y huevos de las gallinas de su finca. Yo me tomo una rodaja de melón. Como siempre los andarines son los primeros en retirarse a dormir. Nos quedamos Julián y yo viendo un poco la tele y charlando con el peregrino de Alicante que al día siguiente se alojara en el Albergue de Fuenterroble de Salvatierra como hospitalero.

 

   Me llama Iñaki desde Fuenterroble. Lamenta no poder haber llegado a Calzada por problemas en la bici. Me dice las maravillas que le hacen en el cambio de su bici en Bicicletas Palacios de Salamanca, recomendándola a los bicigrinos. Teniendo que recoger la bici por la tarde y no poder llegar con luz natural a Calzada, decide quedarse en Fuenterroble.

 

   Somos los últimos en retirarnos a dormir, sobre las 22:30 de la noche. Espero descansar lo máximo posible. Ya solo me quedan dos jornadas.