ETAPA 7ª: ZAMORA - SALAMANCA

 

69 km

 > de 6 horas de bici

 

Desnivel subida acumulado: 463 m 

Máxima pendiente: 6 %
Desnivel bajada acumulado: 301 m   

Mínima pendiente: - 8 % 
Altura máxima: 883 m.
Altura mínima: 621 m.

 

    ZAMORA - ARROYO PERDIGON - VILLANUEVA DE CAMPEAN - CUBO DE LA TIERRA DEL VINO - ARROYO DE LA VEGA - CASTELLANOS DE VILLAQUEIRA - ADEASECA DE ARMUÑA - SALAMANCA

 

 

Jueves 8 de octubre

 

   Llueve un poco por la noche. Son nubes aisladas, pero que dejan fuertes chaparrones. Julián se levanta antes que yo. Pues cogí el sueño cuando se fueron levantando los andarines a las 7 de la mañanea.

 

   Me visto despacio, pues no hay prisa. Nos separa Salamanca tan solo 69 Km.  Cargamos la bici y bajamos a un bar cercano al puente viejo a desayunar. Un café y un hojaldre. Julián repite leche churros y porras. Nos ponemos en camino sobre las 10 de la mañana. No llueve e incluso el sol se impone a los nubarrones. Nos cuesta salir de Zamora por la mala señalización. Tras preguntar en la salida en unas oficinas de la Coca-Cola, cogímos el buen camino.

 

 

 

 

Terreno ligeramente ascendente que recorremos a buen ritmo. Hacemos 17 Km. la primera hora. A media mañana paramos a comer en el Cubo del Vino, lo que nos había sobrado de la cena  de la noche anterior. Algo de embutido, queso y media barra de pan. Paramos en una gasolinera y nos lo comemos al sol, como unos señores. Ya tenía ganas de sentarme un ratito y disfrutar del sol. Con lo mal que lo había pasado en días anteriores con el agua.

 

 

 

 

   Seguimos camino y nos cruzamos con varios bicigrinos y dos peregrinos, todos en sentido Santiago.

 

 

   Noto molestias en la pierna izquierda, son muchos días o me he quedado frío en la parada, pero no le comento nada a Julián y seguimos adelante. Tomo precauciones en las subidas y Julián se distancia de mí.

 

  

   En alguna ocasión me espera  al final de la cuesta. Yo bromeo con él y le digo que yo llevo 350 Km. más que él y por eso me deja en las subidas. Procuro evitar los cambios bruscos en el desarrollo. Según transcurre la mañana sigo teniendo avisos en la pierna. Julián ya se ha dado cuenta y le cuento los amagos de calambre en las piernas. Aprieto los dientes y sigo lo mejor que puedo.

 

   Entramos en Salamanca sobre las 15:30, casi seis horas después de empezar en Zamora.

 

 

  

   Según bajamos a la plaza mayor nos encontramos a uno de Arenas que tras una breve charla, nos indica el camino correcto hacia el Albergue de Peregrinos

 

 

   Nos tiramos unas fotos en la Plaza Mayor de Salamanca y llegamos al Albergue sobre las 4 de la tarde.

 

 

 

 

   Como hasta las cuatro y media no abren, nos sentamos frente al Albergue al solecito, junto al Jardín de Calixto y Melibea ( su nombre hace referencia a los dos personajes principales de la obra renacentista La Celestina de Fernando de Rojas). Lástima que no pudiéramos acceder al interior, pues se encuentra en obras. Charlamos con varios turistas y al rato nos abre el Hospitalero.

Albergue de Peregrinos de Salamanca
Albergue de Peregrinos de Salamanca

 

 

  Nos tomamos un café en la cafetería de la universidad. A la salida nos encontramos a Iñaki, sentado en el césped con una amiga suya. Un ratito de alegre charla y nos emplazamos a encontrarnos en Calzada de Béjar. Donde nuestros caminos se separan. Y él sigue hacia Sevilla y nosotros buscamos El Barco de Ávila, El Puerto del Pico, Las Cinco Villas y Ramacastañas.

 

 

  

   Julián me ayuda a localizar la famosa rana sobre el cráneo de la fachada. Pues torpe que es uno y no consigue identificarla.

 

 

 

 

 

 

 

   Tras darnos un bonito paseo por la ciudad quedamos a cenar con un sobrino de Julián que estudia en la universidad de Salamanca.

 

 

 

   Aquí posando con una pareja muy graciosa. No pusieron ninguna objección para hacerme una foto con ellos.

 

 

   

   Cenamos pasta y pollo asado, un flan. Todo ello regado con un vino aceptable, para un menúde apenas 11 euros. Nos despedimos y nos dirigimos al Albergue, pues a las diez de la noche, nos cierran la puerta.

 

 

   Cuando llegamos solo estamos seis en el Albergue, los dos hospitaleros, dos religiosas francesas y nosotros dos. Les cedemos la habitación y nos mudamos a la otra con todos los bártulos.

 

   Un día menos y ya van siete. Espero que las fuerzas me acompañen y me recupere de las molestias de las piernas. No llueve esta noche.