ETAPA 2ª: SETUBAL - MONTEMOR O NOVO

 

Etapa 2ª Setubal - Montemor o Novo

 

Distancia: cerca de 80 km

Cerca de 8 horas

Altura máxima: 238 m

Altura mínima: 1 m

Máx. Pendiente: 6,96 %

Mín. Pendiente: : - 5,04 %

Asc. Acumulada: 549

Desc. Acumulado: 298 m

Perfil Setubal-Montemor o Novo
Perfil Setubal-Montemor o Novo

   Estas líneas están escritas desde Estremoz, desde la biblioteca municipal, bonito edificio con corredor superior todo de madera., fin de la tercera etapa. En Portugal es difícil, encontrar Internet en Setúbal y Montemor o Novo, ya que era fin de semana.

 

   Etapa muy dura por la lluvia y el fuerte viento de costado. Tardé dos horas más de lo previsto, pero llegué aunque muy cansado y empapado hasta los huesos.

 

   Gracias a tod@s por vuestros ánimos

 

 

  Ya desde casa, sigo la crónica.

 

   No descanso bien. El vecino deja los zapatos y calcetines fuera, menos mal pues vaya pestazo. Por la noche tenemos alguna que otra visita de mosquitos sedientos.

   Me levanto sobre las 08:15 y veo que las calles están mojadas. Me asomo y el cielo esta muy cubierto. Desayuno en el bar del albergue, pues esta incluido en el precio de 10 € (alojamiento y con desayuno). Un café con leche, un bollo de pan, una rodaja de queso y jamón de york, mantequilla y mermelada de fresa. Como soy agradecido doy buena cuenta de todo.

Albergue juvenil Setubal
Albergue juvenil Setubal

  

   Recojo todo y monto las alforjas en la bici, ya que la había dejado en el hall del albergue, eso sí, con candado y la funda cubriéndola.

   Sobre las 09:45 ya estoy en camino, gracias al GPS no tengo problemas para salir de Setúbal. Empieza a llover, apenas llevo cinco minutos sobre la bici. Ya me lo temía. Se levanta fuerte viento de costado que unido a la gran cantidad de lluvia hacen muy difícil mantener el equilibrio sobre la bici. Me acuerdo de María al decirme que tuviera mucho cuidado. Extremo las precauciones, por lo que mi marcha se hace lenta. Poco a poco van cayendo los km. Zona de encinas y Alcornoques. Sigue la lluvia, por lo que en esta etapa habrá pocas fotos. Solo pienso en llegar lo antes posible.

   Pasado Aguas de Moura cojo un desvío a la izquierda que marca el GPS. Es una pequeña pista de tierra, dudo pero si me lo marca el GPS lo sigo sin dudarlo. A los dos kilómetros el sendero se complica y el piso se convierte en arenas fina que me impide seguir montado. Me toca empujar la bici (casi 27 Kg., me darían al llegar a casa y pesar la bici con las alforjas), durante más de 6 Km., al final se convierte en una autentica trialera que la salvo andando y con mucha dificultad, llevando la bici al hombro por las grandes zarzas.

     Llevo casi 2 horas arrastrando la bici, y no para de llover. Voy calado hasta los huesos. A lo lejos veo unas casas que indican el final del sendero pasando a camino. Me lleva a pasar bajo la autopista, de pronto pierdo la pista por el GPS. Recuerdo este punto, que me dio algún quebradero de cabeza, cuando trazaba el track desde casa.. El error se debe a que hay una usurpación de camino por el alambrado de una finca. Salto una alambrada, no sin desmontar las alforjas y tras seguir por el campo 500 metros alcanzo el camino que me marca el GPS, esta vez hay una puerta sin candado.

 

   Sigo la pista que tras varios Km. finaliza en una carretera local. Llego a La Cabrela y paro en un bar a comprar una botella de agua. Pienso, que gracia, comprar agua con la que llevo encima. Descanso un rato bajo un balcón.  Consulta los datos y sólo me quedan 25 km. Prosigo la marcha.

   Tras varios kilómetros vuelvo a pasar bajo la autovía A6, tras un repecho alcanzo la N4, llego a Monte da Alviäo. Paro otro rato. Me cobijo en unas naves de tractores, pues aumenta la lluvia, aprovecho para cambiarme un poco de ropa, por lo menos la interior me pongo seca. Son las 4 de la tarde y como un poco. Se me esta haciendo muy dura ésta etapa.  Ya sabía que la parte final picaba para arriba pero no contaba con éste día de perros.          Posteriormente me enteraría por mi mujer que en España también hizo muy malo.

   Tras unos sube y bajas vuelvo a cruzar la autoría por debajo. Dejo a mi izquierda Moita y ya veo Montemor a lo lejos. Aprieto los dientes pues los últimos Km. son en constante subida. Sobre las 17:40 entro en Montemor o Novo. Nada más entrar veo a un taxista que le paro y le pregunto sobre un hostal. Me indica una pequeña casa de huéspedes, dos calles más arriba. Casa antigua y regentada por Dª Gertrudis. Dejo la bici a la entrada y subo la escalera. Nada más verme se compadece de mí, pues el aspecto que llevaba calado hasta los huesos. Me acompaña rápidamente a un cuarto y me indica que después de ducharme le de los datos, no le pregunto ni el precio. Solo tengo ganas de quitarme la ropa y darme una larrrga ducha y ponerme ropa seca.

    La habitación esta en la 1ª planta, bajando las escaleras con las zapatillas mojadas y las calas me doy resbalón y un tremendo costalazo del copón, la mujer asustada me se interesa por mi estado desde arriba, pues a tenido que oír el golpe. Pongo buena cara y le comento que no ha sido nada grave. Más tarde comprobaría en el costado y brazos derechos las secuelas de la caída.

   Desmonto las alforjas y me voy a la ducha, que gozada, tras el duro día de bici. Me pongo ropa seca y me quedo tumbado en la cama más de media hora relajándome.

  

      Subo a darle los datos y tras recoger todo y poner cerca del radiador de pared la ropa para que intentar secarla, para el día siguiente.

   Como sigue lloviendo llamo a María y me tumbo en la cama. Al rato parece que disminuye la lluvia y me animo a salir un rato.  

   Pequeño pueblo con castillo a lo alto del cerro. Como ya esta oscureciendo decido no subir y deambulo por sus calles.

 

   Poca gente por las calles, aquí  se recogen pronto y empiezan a cenar a las 7 de la tarde.

 

   Decido cenar en un pequeño restaurante, en la misma calle de la pensión. El restaurante O Carioca. Una pareja y un señor mayor compartimos local. Me decido por una sopa alentejana de primero, parecido a la sopa castellana pero sin comparación. El caldo calentito me sienta bien. Me ofrece el camarero una guindilla, pero astuto la rehúso pues ya se la había ofrecido al de la mesa de al lado y tras algunas risas, me la pasan a mí. Se supone que la guindilla no pica, ¡muerde!. De segundo me traen una bandeja de bacalao dorao, aquí lo llaman a brass. Bueno cuenta de toda la fuente. Un par de sagres. Renuncio al postre.

   Una pequeña vuelta para estirar las piernas y a descansar que ya es hora de dormir.